Muchos se consideran adictos al chocolate, lo que sin saberlo tiene perfecto sentido, porque este dulce contiene Phenylethylamine, que es la misma sustancia que se libera cuando te enamoras, causando una sensación de placer. Además tiene Anandamida, compuesto que produce un efecto similar al que causa la marihuana en el cerebro, pero más atenuado.
Siendo tan adictivo parece imposible poder dejar en algún momento esta golosina, sin embargo, un estudio realizado en el curso “The Science of Gastronomy”, que imparte la Universidad de Hong Kong, demostró que la forma de terminar con la adicción al chocolate es saciarse de él, pero no comiéndolo hasta más no poder, sino que comiendo un trozo cada tres minuto, al tercero, la sensación de placer y satisfacción decae considerablemente.
La prueba se realizó con 12 mil estudiantes y los resultados fueron que el gusto por el chocolate iba bajando entre trozo y trozo, llegando en algunos casos a la insatisfacción total para el décimo bocado. El suceso se explica porque “las variaciones son siempre necesarias para nuestra satisfacción”. Por lo tanto, al comer el mismo producto con el mismo intervalo de tiempo cada vez, el desagrado al ingerir aumenta.
Si la prueba se hiciera con cualquier otro producto ocurriría el mismo fenómeno, porque cuando comemos no sólo lo hacemos por ingerir nutrientes, sino y por sobre todo para satisfacernos a nosotros mismo físicamente.