Seguramente si te dijéramos que eres adicta reaccionarías con espanto. Pero ¿no te ha pasado que de pronto sientes la necesidad urgente de comer cosas ricas, al extremo de sentir hasta el sabor o el aroma de algo determinado? Si la respuesta es afirmativa, entonces permítenos contarte que eres adicta… a la comida.
¿Quieres saber si eres adicta a la comida? Entonces responde a estas preguntas:
- ¿No puedes controlar cuánto comes?
- ¿Escondes comida y la ingieres a escondidas?
- ¿Te sientes culpable por comer?
- ¿Comes cuando estás triste, cansada o sensible?
- ¿Comes incluso de rabia cuando no estás a gusto con tu cuerpo?
Si te sientes identificada y respondes con un sí ante más de dos de estas preguntas, entonces es así, y definitivamente la comida te tiene capturada.
No es una grave enfermedad, no es tu culpa, y tampoco es incurable. Lo cierto es que existen ciertos alimentos que causan esta adicción. Si te parece evitarlos por el bien de tu salud, o para no ser una víctima de la comida, que en lugar de nutrirte y aportarte lo necesario para vivir, te causa un daño, entonces es tiempo de que revises esta lista:
- Comida chatarra. Comerla genera grandes cantidades de dopamina, la causante de que sintamos placer; con el paso del tiempo el cuerpo necesita de más y más de ella para sentirse bien y… ¡comemos más!.
- Azúcar. Ésta promueve la liberación de endorfinas, cuando las personas la dejan de tajo, experimenta el llamado “síndrome de abstinencia”.
- Chocolate. El chocolate activa las mismas zonas de tu cerebro que se activan cuando consumes drogas… es por ello que no podemos parar.
- Queso. Este delicioso alimento contiene caseína, sustancia sumamente adictiva.
- Grasa. Todo alimento que haya sido sumergido en aceite es básicamente una delicia pero también una bomba, ya que éste no sólo provoca altos niveles de colesterol, también provoca cambios en la química cerebral que desencadena en adicción.
- Cafeína. La cafeína tiene un efecto estimulante, por lo que tomarla en exceso hace que tu cuerpo desarrolle cierta dependencia.
- Carne. La carne contiene hipoxantina, la cual te hace sentir bien y con más vitalidad, pero también tiene efectos adictivos al grado de no sentir fuerzas si no consumes.
- Ají. Comer comida picante en forma regular altera la producción de endorfinas.
- Leche. La leche contiene pequeñas cantidades de morfina, el cual tendría como objetivo calmar a los bebés y a los cachorros (en caso de la leche de vaca o de cabra), por lo que algunos podrían recurrir a ella para estar tranquilos.
- Carbohidratos. Los altos niveles de azúcar hacen que tu cerebro estimule zonas relacionadas con otro tipo de adicciones (cigarro o drogas), por lo que tu cuerpo pedirá y pedirá más.