Hay muchas formas pequeñas y positivas de mejorar una dieta saludable, que incluyen:
• Intercambiando refrescos por agua y té de hierbas
• No comer carne durante al menos 1 día a la semana
• Asegurarse de que los productos constituyan aproximadamente el 50 por ciento de cada comida
• Intercambiando leche de vaca por leche de origen vegetal
• Comer frutas enteras en lugar de beber jugos, que contienen menos fibra y a menudo incluyen azúcar agregada
• Evitar las carnes procesadas, que son ricas en sal y pueden aumentar el riesgo de cáncer de colon.
• Comer más proteínas magras, que se pueden encontrar en huevos, tofu, pescado y nueces
• Una persona también puede beneficiarse de tomar una clase de cocina y aprender a incorporar más verduras en las comidas.
Un médico o dietista también puede brindarte consejos sobre cómo llevar una dieta saludable.
El colon está lleno de bacterias naturales, que juegan un papel importante en el metabolismo y la digestión. Ciertas cepas de bacterias también producen vitaminas K y B, que benefician al colon. Estas cepas también ayudan a combatir bacterias y virus dañinos.
Una dieta baja en fibra y alta en azúcar y grasa altera el microbioma intestinal, aumentando la inflamación en el área. Sin embargo, una dieta rica en verduras, frutas, legumbres y granos integrales proporciona una combinación de prebióticos y probióticos que ayudan a las bacterias buenas a prosperar en el colon.
Los alimentos fermentados, como el yogur, el kimchi, el chucrut, el miso y el kéfir, son ricos en probióticos. La fibra es un prebiótico de fácil acceso, y es abundante en legumbres, granos, frutas y verduras.
La fibra también promueve los movimientos intestinales regulares, lo que puede ayudar a prevenir el cáncer intestinal y la diverticulitis.