“Las bebidas energéticas que consumen asiduamente muchos adolescentes, tienen repercusiones negativas en su salud, ya que en base a un estudio desarrollado dice que estos jóvenes tienen el doble de probabilidad de consumir también alcohol y drogas”, según investigadores de la Universidad de Michigan, Estados Unidos.
El estudio ha sido publicado por la revista Journal of Addictive Medicine.
La investigación evaluó, mediante una encuesta el consumo de bebidas energéticas, entre casi 22.000 mil estudiantes de secundaria de Estados Unidos y concluyó que aproximadamente un tercio de los adolescentes de entre 13 y 18 años consumía ese tipo de producto.
Son bebidas sin alcohol, con sustancias estimulantes tales como: la cafeína, taurina, vitaminas, minerales, aditivos, saborizantes y gran cantidad de azúcar, explica Lina Robles, nutricionista del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.
La tendencia al consumo diario de bebidas energéticas en adolescentes fue asociada con un incremento de otras sustancias como el tabaco, el alcohol, el cannabis o las anfetaminas, aunque no pudo probarse si son las drogas las que llevan al consumo de energizantes o al revés.
El estudio se plantea si son adecuadas las bebidas energéticas para menores de 20 años, ya que la cafeína o cualquier otra sustancia estimulante no deberían tener cabida en la dieta tanto de niños como de adolescentes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostuvo que el consumo de bebidas energéticas puede representar un peligro, especialmente entre los jóvenes.
“Extrañamente la venta de bebidas energéticas no son reguladas por la edad, a diferencia del alcohol y el tabaco, y donde también existe un efecto negativo en los niños, siendo un potencial problema de salud pública en el futuro”, indicó el ente.
Por su parte, el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) elaboró un informe sobre la prevalencia del consumo de bebidas energéticas en la población escolar de Chile en un universo de 859.720 alumnos mayores de 12 años.
Concluyó que existe un mayor consumo en hombres y colegios particulares pagados (24,7%), y uno menor en establecimientos públicos (17,9%).
Los estudios revelan que las personas que consumen más de 1,4 miligramos de cafeína por kilo de peso al día pueden sufrir insomnio y reducción de la duración del sueño.
Si esta ingesta se eleva a 3 miligramos, puede implicar en riesgos cardiovasculares y hematológicos, neurológicos y psico-comportamentales, además de problemas de concentración, incremento de la micción, nerviosismo e irritabilidad. Esos son algunos de los efectos del consumo de bebidas energéticas en adolescentes y niños, que pueden prevenirse antes de que desencadene en cuadros complejos. Lo recomendable es consumir bebidas energéticas naturales.