Cada mañana, bajas las escaleras y te diriges a esa reluciente cafetera para hacer una humeante taza de café caliente. Por muy bueno que sepa la primera taza de café de la mañana, la sensación de beber café puede ser aún más atractiva. La cafeína es un estimulante con potentes efectos físicos y mentales.
Para mantener un sueño saludable, es importante comprender cómo la cafeína y otros estimulantes afectan el cuerpo y cómo controlar su consumo para evitar problemas.
¿Cómo funciona la cafeína?
La cafeína estimula el sistema nervioso central de tu cuerpo, aumentando el estado de alerta y reduciendo la fatiga. Una vez ingerida, entra en vigencia en 15 a 20 minutos, y la mitad puede permanecer en tu sistema durante seis o más horas. Esto es lo que los expertos describen como la vida media de la cafeína, y no es una cifra fija. Es la cantidad de tiempo que le toma a la cafeína salir de tu sistema. Esto puede variar de cuatro a seis horas, o más, pero parece promediar alrededor de 5,7 horas.
¿Cómo se vería eso en tiempo real? Como advierte un experto, «si consumes 200 mg de cafeína a medio día, todavía tendrás 100 mg alrededor de las 5.45 p.m.». Esto comienza a explicar cómo y por qué pueden ocasionarnos problemas en el sueño.
¿Qué le hace a tu cuerpo?
Es importante ser consciente de cómo la cafeína afecta tu cuerpo. Por ejemplo, una taza de café a media tarde puede interferir con su capacidad de conciliar el sueño muchas horas después. Tu rutina individual de sueño-vigilia también jugará un papel en el momento de su consumo de cafeína. Si eres una persona que se acuesta temprano, una taza de café de 15:00 PM puede alterar tu régimen de sueño normal. Para evitar interrupciones del sueño nocturno debido a la cafeína, trabaja 10 horas antes de acostarte para encontrar tu hora límite de cafeína.
Esta también estimula la producción de adrenalina, una hormona que aumenta el estado de alerta que está relacionada con la respuesta de lucha o huida de tu cuerpo. Un aumento en la adrenalina aumenta tu ritmo cardíaco, aumenta tu respiración y provoca un estado de mayor vigilancia y estado de alerta.
Además bloquea la efectividad de la adenosina, un químico que ayuda a provocar somnolencia y a regular sus ciclos de sueño-vigilia. Asimismo, altera la arquitectura del sueño, la distribución nocturna general del sueño entre las cinco diferentes etapas del sueño. El exceso de cafeína puede reducir el tiempo de sueño profundo, la fase que es crítica para el rejuvenecimiento físico y mental.