¿Alguna vez te pasó que fuiste de shopping y te compraste una linda polera o chaqueta, llegaste a tu casa feliz y luego de unos días ya no te gustaba tanto como cuando la compraste? o simplemente ¿no tienes nada para combinarla? Aunque no lo creas, esto es más común de lo que piensas.
por eso te damos cinco tips que evitarán que compres ropa en vano y te ayudarán a combinar lo que ya tienes con lo nuevo, siempre teniendo en cuenta tu estilo o la actividad que desempeñas.
Cuando compramos apuradas tendemos a adquirir lo primero que se nos cruza por los ojos, sin tomar en cuenta con qué lo combinaremos o si se adapta a tu figura y estilo, por eso hay que estar cien por ciento segura que lo que estás a punto de llevar es de tu gusto.
Déjasela puesta hasta el día que te pongas la ropa, así evitarás problemas al momento de devolverla; además el reflejo de los espejos cambia entre tu casa y la de la tienda, por lo general los del comercio están más iluminados y eso causa un impacto en tu forma de ver la prenda, vemos una imagen que en realidad no es del todo real.
Guárdalas en un cajón y elimínalas después de un mes, en el caso de las prendas más caras, no te deshagas de los tickets, nunca se sabe cuando podrías necesitarlos. Por lo general, cuando la marca de tu ropa es cara, tienen una garantía especial.
Así sabrás si tu nueva adquisición combina o no con tu estilo. Si te encanta, pero no tienes con qué combinarla tienes dos opciones, o te haces de un nuevo guardarropa o cambias la prenda por una que se acomode más a tu forma de vestir.
Si llegas con la prenda manchada y sin etiqueta, será muy difícil que te acepten el cambio, lo más probable es que en el centro comercial te pongan problemas; además, el hecho de que a ti no te guste la camisa, pantalón, etc., no significa que los demás pensarán igual. En gustos no hay nada escrito.