· La forma en que se consume música ha cambiado para siempre: en 2015 por primera vez en la historia el streaming musical generó más ganancias que las descargas digitales de canciones y álbumes en Estados Unidos. ¿Qué es el streaming y por qué se ha expandido tan rápidamente?
Según un reciente estudio de la Recording Industry Association of America (RIAA), en 2015 por primera vez en la historia el streaming de música generó $US 2.400 millones, representando un 34,3% del total de los ingresos de la industria musical, superando a las descargas digitales de los sellos discográficos por concepto de discos y canciones (34%) y a la venta de música en formato físico (28,8%).
¿Qué es el streaming musical? “El streaming es la distribución digital de contenido multimedia a través de redes de internet, donde el usuario consume el producto mientras éste se descarga. En cambio, la descarga digital corresponde a una descarga tradicional del producto en un formato determinado (.wav, .mp3, .flac)”, explica Sebastián Pinilla, asistente técnico de la Escuela de Música y Tecnología de la Universidad del Pacífico.
El crecimiento de los servicios de streaming musical ha sido exponencial: si en 2010 representaba sólo un 7% de las ganancias, en 2015 ya llegó a 34%, superando a todos los otros formatos. Su éxito viene de la mano con el desarrollo de aplicaciones como Spotify, Apple Music, Google Music, etc., que harían de la experiencia musical mucho más ‘desechable’.
“Aplicaciones como Spotify ofrecen un servicio ‘gratuito’, pero consume directamente tu plan de datos a medida que la reproducción corre. Estos servicios ofrecen al consumidor una solución rápida, eficiente con la batería, cauta con la memoria disponible y, por qué no, más económica y desechable. Si un disco no te gusta. a los 10 segundos de escuchar el primer track simplemente lo desechas, pasas al siguiente y ya”, describe Pinilla.
Para el experto en el área musical, el avance de la tecnología y el que los usuarios no quieran pagar por música de manera directa, han llevado al streaming a transformarse en la plataforma favorita de los jóvenes. “Actualmente concebir nuestros celulares únicamente como teléfonos es un error. Portamos verdaderos equipos móviles de alto rendimiento aptos para ejecutar multitareas complejas y, por cierto, sirven para escuchar música también. La batería y el almacenamiento de estos equipos corresponden a las principales razones que llevan a preferir consumir música directamente desde un servidor, en lugar de descargarla y, por supuesto, pagar por ella”, asegura el experto de la U. del Pacífico.
Además, el streaming ofrece también varios playlist y no gasta espacio de memoria, algo relevante para las generaciones actuales. “Si la persona no sabe qué escuchar, puede simplemente dejarse sorprender con las playlist que Spotify y millones de usuarios han subido y categorizado por estilos, estados de ánimo y situaciones. Frente a todos estos beneficios, no es sorprendente que el streaming sea, por lejos, la nueva tendencia de los más jóvenes (“hijos de Youtube, Spotify y Netflix”) a la hora de consumir no sólo música, sino que cualquier producto multimedia, dejando libre el espacio suficiente para otros archivos, como lo son las fotos y videos, que por cierto, también se están alojando cada vez más en soportes en la nube, como Dropbox o iCloud”, apunta el asistente técnico musical.
A pesar de que las nuevas generaciones se inclinan por el streaming, muchas estrellas musicales actuales se resisten a estar en estas plataformas, como por ejemplo Adele. La cantante británica se negó a ingresar su nuevo disco “25” en Spotify, defendiendo el acto de escuchar música como un evento en sí, y no como algo tan trivial como lo facilita streaming. En la escena nacional, el cantautor Nano Stern optó por lanzar el vinilo de su placa “Mil 500 vueltas”, poniendo en duda la calidad del streaming.
“La calidad que Spotify ofrece de forma gratuita es de 128 kbps, muy por debajo de los clásicos 320 kbps que porta un mp3 de alta calidad. Por otro lado, la caída en picada del consumo de música en formatos físicos es algo que, de forma directa y creciente, hemos vivido a lo largo de esta última década. Esta reducción gradual de ventas de discos sólo se ve mermada con el romántico retorno del vinilo, el formato preferido por los melómanos nacionales”, asegura el especialista Sebastián Pinilla.
Pero, ¿el fenómeno de streaming le conviene a la industria de la música? “El que haya más gente dispuesta a pagar por suscripciones musicales en lugar de discos es algo que incomoda a muchos músicos consolidados, ya que la venta de ejemplares físicos de sus obras se ven mermadas por el mercado digital. Pero también está el otro lado de la moneda. El streaming beneficia a un montón de artistas emergentes que buscan difundir su trabajo, obteniendo una cantidad considerable de audiencia sólo con la autogestión. El nuevo mercado digital puede ser la puerta de entrada para los emergentes e independientes de todas las áreas”, concluye Sebastián Pinilla, asistente técnico de la Escuela de Música y Tecnología de la Universidad del Pacífico.