¿Cómo evitar a las personas tóxicas sin generar molestia?

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El término “persona tóxica” es uno de los más usados (y buscados) de los últimos tiempos.

Sin embargo, lo correcto es hablar de “comportamientos tóxicos” que son definidos como aquellas acciones ejercidas por otros que provocan consecuencias negativas en nosotros.

Dejar la relación dependiente

La responsabilidad, en gran parte, está en quién ejerce la toxicidad pero también en quien no sabe poner límites, se deja invadir o es demasiado permisivo. Marcar está línea de separación queda en manos de la persona que sufre ‘envenenamiento emocional’.

¿Cómo distanciarse de personas tóxicas?

Cuando esas personas no forman parte del entorno habitual resulta mucho más sencillo limitar el contacto físico.

En caso de convivir con ellas o pertenecer al círculo social al que se desenvuelven en el mundo (compañeros de trabajo, familiares, amigos…) los expertos recomiendan seguir algunos consejos para aprender a tratarlas y establecer límites.

Recomendaciones

Lo primero es no sentirse mal por adoptar una actitud ‘egoísta’. Hay que priorizar las necesidades básicas de cada uno por encima de intentar ser buena persona con todo el mundo y, sobre todo, con aquellos que nos perjudican.

Tener en cuenta que es una respuesta totalmente lógica intentar alejarse de todas esas personas que buscan aprovecharse, dañar, o que, simple y llanamente, no  hacen ningún bien.

Si no podemos alejarnos físicamente de esa persona tóxica, es importante trabajar de forma constante la autoestima y la confianza en uno mismo para evitar sucumbir a sus ataques psicológicos, su negatividad y los sentimientos de culpabilidad que pueden crearte.

Practicar la asertividad

Si creemos que una persona intenta manipularnos, debemos mantenernos firmes en nuestras opiniones, ser tajantes y saber decir que ‘no’. Esta es la  clave para limitar la influencia que otros individuos pueden tener sobre ti.

Reconocer las emociones negativas 

La gente negativa casi siempre desea generar sentimientos de culpa, remordimientos, avergonzarnos o dar pena son sus estratagemas habituales. En este caso debemos dar un paso más y alejarnos de una manera definitiva.

Recomendaciones de especialistas

Aprender a decir no

-Es importante comenzar por analizar detenidamente cuáles son los motivos por los que esa persona nos hace sentir mal, así como las necesidades o expectativas que no cubren.

Este es un proceso fundamental para arrojar luz sobre lo que se tendrá que comunicar posteriormente.

Si se tiene claro que ese sujeto nos hace daño, ha llegado el momento de marchar distancia física y emocional. No se trata de dejarse llevar por impulsos, sino de meditar y reflexionar sobre el tipo de relación que tienes con esa persona.

– Comunicar a una persona que queremos cortar nuestra relación con ella es todo un reto y presupone afrontar una situación muy complicada.

Aunque la actitud de un ser tóxico esté haciendo daño, planteárselo sin restricciones va a provocar que probablemente se ofenda, busque la confrontación o intente manipular para que se cambie de opinión. En ese caso es mejor alejarse.

Los expertos recomiendan buscar un momento y un lugar adecuado para mantener esa conversación y preparar un pequeño guion, aunque sea mental, de lo que se va a decir. Esto ayudará a anticipar distintas situaciones que podrían presentarse. La planificación es fundamental para cortar una mala relación.

-La asertividad vuelve a jugar un papel fundamental a la hora de comunicarle a alguien queremos dejar de relacionarnos con ella.

Potenciar la seguridad en el discurso, que el mensaje se entienda y comunicar bien lo que se quiere decir es fundamental para lograr el objetivo. Sin duda, hay que alejarse de la ambigüedad, los rodeos y los dramas para que no haya malentendidos.

Herramientas para hablar sin discutir

– A pesar de la claridad en nuestras palabras no se trata de ser crueles sino empatizar con el otro. Se puede mostrar apoyo a esa persona pero siempre dejando claro que la decisión de cortar la relación no es negociable. Se trata también de motivar la reflexión en la otra persona. Es probable que ni quiera cambiar ni le interese pero al menos le dejaremos claro lo que pensamos sobre sus actitudes tóxicas y el daño que ocasionan.

– Hay que hacerle ver que lo que se le está diciendo no es nada personal, que no es algo que vaya contra él sino con una decisión que viene determinada por los perjuicios que ocasionan sus malas actitudes.


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