Dar alimentos crudos a los perros forma parte de un régimen dietético conocido como BARF que provienen de las siglas Biologically Appropriate Raw Foods que al español se traduce como Alimentos Biológicamente Apropiados.
Para muchas personas este tipo de dieta resulta común, mientras que para otras no pues regularmente se les dan alimentos cocidos a las mascotas.
Este tipo de alimentación incluye no solo porciones de diferentes proteínas de origen animal cruda, sino también raciones de frutas y verduras.
En esta dieta está permitido, en el caso de los canes, el consumo de huesos, pero que contengan al menos un 50% de carne.
Es importante tener presente es que esta dieta creada por el veterinario Ian Billinghurst, se basa en la premisa de que los perros evolucionaron de los lobos hasta convertirse en animales de compañía.
Otro de los fundamentos en el que se basa el especialista, es que, al momento de cocinar los alimentos, muchas de sus propiedades y aportes vitamínicos, antioxidantes y enzimas se destruyen.
Para iniciarle este tipo de dietas a la mascota, se debe tomar en cuenta que se debe incluir proteína de origen animal cruda como carne magra, vísceras y órganos; además, frutas y verduras, y huesos carnudos.
El experto indica que las raciones se deben dividir en promedio: de 5% a 9% de frutas, 10% a 13% de órganos y vísceras, de 15% a 18% de verduras y 60% de carne magra y huesos carnudos. No contiene conservantes ni cereales.
Entre las frutas recomendadas para perros está la manzana, el cambur, la pera, los arándanos, las fresas, la patilla, el melón y el melocotón.
Las verduras que pueden consumir son: Zanahorias, espinacas, lechuga, apio, ahuyama y repollo.
La carne magra más indicada para los perros es el pollo, pavo, conejo, ternera o cordero, las cuales son de fácil digestión y con gran aporte de proteína.
Aunque algunos veterinarios se niegan a darle al animal huesos, se debe tener presente que en este plan de alimentación está permitido, pues siempre y cuando esté crudo y contenga carne pegada, es menos probable que lastime al animal.
No obstante, si la mascota tiene sobrepeso o tiene tendencia a la obesidad, es mejor que reduzcas los huesos de su dieta pues estos son ricos en grasa.
Muchos veterinarios están en contra de la dieta BARF, especialmente en el consumo de huesos que, si bien pueden ayudar a limpiar los dientes, también pueden provocar otras situaciones delicadas, pues las astillas que se desprenden del hueso puede provocar estreñimiento, lastimar el paladar del perro, romper sus dientes, acumularse en el intestino hasta perforarlo y provocarle la muerte.
Otra contraindicación importante de esta dieta que se debe tener en cuenta es que los alimentos crudos, pueden provocar afecciones bacterianas si son de poca calidad.