La cinofobia es el miedo irracional a los perros que puede llegar a ser limitante, ya que hoy día resulta casi imposible pisar la calle sin toparse con alguno. Entre 7% y 9% de la población puede padecerla.
El miedo irracional a determinados animales es un temor frecuente. Arañas y serpientes suelen ser las que más fobias generan, pero, sin embargo, la que más impacto tiene la vida de millones de personas es el miedo a los perros.
Y es que, al final, la probabilidad de encontrarte en tu vida diaria con un perro es infinitamente superior a la de toparte con una araña o serpiente. Hay perros por todas partes y horas.
También hay canes de todas las razas. Y es que hay personas que solo manifiestan la cinofobia ante determinados tipos de perros, generalmente los señalados como potencialmente peligrosos. Sin embargo, lo más habitual es que las personas que padecen muestren el miedo irracional ante cualquier animal sin importar su tamaño.
Como sucede con estas psicopatologías, la cinofobia es más habitual en la infancia, pues el miedo se va diluyendo poco a poco a medida que crecemos y revitalizamos. Ya que más allá de la predisposición genética que se puede tener a padecerla hay dos aspectos que marcan de forma irremediable el inicio de la fobia.
Por un lado estaría el haber vivido durante la niñez una experiencia en cierto modo traumática con algún perro. Bien sea que lo haya mordido (aunque sea jugando) o saltado encima y tirado al suelo, algo habitual cuando cachorros se acercan sobreexcitados a bebés y niños pequeños. Esto puede generar un temor inicial que va empeorando con el paso del tiempo.
Por otro, estaría el miedo generado por otros adultos de referencia, ya sea porque estos también tengan miedo al perro y el niño lo adquiera a base de observar sus reacciones, o porque los padres les insistan mucho en tener cuidado con los animales y les hablen de forma reiterada de los peligros que generan.
Sudores excesivos, palpitaciones, aumento de la frecuencia cardíaca, boca seca, desorientación y falta de concentración, terror intenso, dolor de barriga y de cabeza, tensión muscular son algunas de las cosas que genera este tipo de fobia.
Con el tiempo, este tipo de comportamientos te pueden llevar al aislamiento, depresión entre otros trastornos de ansiedad. Otras personas desarrollan fobia social y les cuesta salir de casa.
El tratamiento para la fobia a los perros consiste en aplicar la hipnosis clínica. Este procedimiento unido a la relajación ha dejado excelentes resultados, según los especialistas.
La cinofobia responde muy bien a la terapia cognitiva conductual, un método que influye tanto en la manera en que la persona piensa como en el modo en el que interactúa con el entorno.
La mejor forma de tratar están fobia es con la ayuda profesional y exponer de forma controlada y progresiva cada problema generado, para evitar que empeore la situación.