¡Oh, oh! Tenemos malas noticias para las mujeres estresadas (o sea, para casi todas). Hasta ahora teníamos más que asumido que el estrés pasaba factura a nuestra piel, a nuestro pelo e, incluso, a nuestro peso. Pero puede que una inmensa mayoría pasásemos por alto otro dato (súper) importante: el estrés también afecta a nuestros dientes. Y lo hace sin piedad y causando problemas dentales que tienen solución y que pueden prevenirse si conseguimos equilibrar nuestros niveles de estrés y ponemos en práctica ciertos gestos diarios imprescindibles para nuestra salud bucal. Así que si eres de las que, casi de forma cíclica, repite frases parecidas a “No me da la vida”; “No llego, siempre voy corriendo”, o la clásica “Estoy estresada”, deberías: A) leer (con atención) este artículo; B) hacerte una revisión dental para comprobar que tu ritmo de vida no esté afectando a tus dientes.
Más estrés, mayor riesgo de sufrir caries
No, las caries no sólo se producen por tomar dulces en exceso (¿cuántas veces te lo han repetido de pequeña?) o por no mantener una correcta higiene bucal. Hay otros factores implicados en su aparición y uno de ellos es el estrés. Sí, el estrés. Y aunque pueda que no entiendas la relación entre estrés y aparición de caries, la doctora María Moya, del centro de ortodoncia y ortopedia dentofacial Ortofamily, lo explica así: “En casos de estrés el PH de la saliva se vuelve más ácido como consecuencia de malas digestiones, mala alimentación y hábitos poco saludables. Esa acidez que ataca directamente al esmalte de los dientes puede derivar en caries”, afirma la experta.
Cuidado con la inflamación
Sí, la inflamación de encías (y todos los problemas que implica) también puede estar motivada por el estrés. Según la experta de Ortofamily hay dos motivos que explican esta relación. Uno biológico: cuando nuestro cuerpo se enfrenta a situaciones de estrés, produce grandes cantidades de cortisol, una hormona que actúa como agente antiinflamatorio pero quecuando ataca a las encías estimula la inflamación. Y otro basado en una relación causa-efecto: cuando estamos bajo estrés tendemos a abandonar hábitos saludables, a descuidar la limpieza dental y a tomar alimentos azucarados, fumar más o beber alcohol. ¿Resultado? Unas encías inflamadas que pueden provocar infección y/o sangrado prolongado. Es importante detenerse en este último punto para diferenciar un sangrado puntual de uno prolongado que pueda estar relacionado con alguna afección. “Cuando sucede de forma puntual y muy esporádica puede ser el resultado de cepillarnos los dientes ejerciendo demasiado presión o con un cepillo de cerdas duras. Pero, si una vez que adaptas el cepillo a tus dientes tus encías continúan sangrando, es importante visitar al dentista”, explica la experta.
Te estresas, muerdes el boli y…
Observa la punta del bolígrafo o lápiz que usas habitualmente. ¿Lo has mordido sin haber sido consciente de ello? Es un gesto muy habitual en situaciones de estrés que, tal y como explica Iván Malagón, puede ocasionar un gran daño bucodental como “microroturas en las piezas dentales debido a la fuerza que se ejerce”.
Cuidado con los herpes labiales
Herpes labiales, boqueras, aftas (localizadas generalmente en la zona interior de mejillas, labios y lengua)… Todas estas afecciones también son indicadores de altos niveles de ansiedad. “Esto es debido a que nuestro cuerpo se encuentra más bajo de defensas y nuestra boca se convierte en una puerta de entrada para bacterias”, explica la doctora Moya, que recomienda evitar humedecer esta zona con la saliva para no empeorar la lesión.
Lo que puede pasar mientras duermes
Otra consecuencia que tiene el estrés en tus dientes es el bruxismo o, lo que es lo mismo, un hábito por el que se rechinan los dientes de forma inconsciente, sobre todo durante la noche, momento en el que liberamos el estrés de forma inconsciente. El bruxismo puede derivar en desgaste de piezas dentales. Para solucionarlo, existen férulas de descarga para evitar el contacto entre dientes superiores e inferiores, tratamientos de ortodoncia y una tendencia en auge: el yoga facial.
Cepillarse los dientes media hora después de comer
Porque conseguir deshacerse del estrés no es tarea fácil (aunque ese debe ser nuestro objetivo), la manera más efectiva de minimizar los daños que la ansiedad y el estrés pueden estar originando en tu dentadura es llevando a cabo limpiezas dentales regulares en la consulta y extremando la higiene oral diaria. Y esta debe ser con hilo dental, repetirse tres veces al día y poniendo en práctica un truco bastante desconocido entre los mortales: no cepillarse los dientes inmediatamente después de cada comida. ¿Los motivos? Al tomar alimentos ácidos, dulces o refrescos el PH de la boca se vuelve más ácido, lo que hace que el esmalte dental se debilite. Por eso es recomendable esperar un mínimo de media hora tras la comida. “Mientras tanto se puede beber agua o mascar chicle para favorecer la producción de saliva y así el PH de la boca se restablezca lo antes posible”, explica Malagón.
¡Stop! Cuidado con estas señales de alarma
Hacerse revisiones dentales de forma periódica es imprescindible, pero hay ciertas señales que hay que vigilar para, en caso de observarlas, acudir al dentista cuanto antes: cambio de coloración de la encía o que esté más roja o ligeramente amoratada (puede ser debido a una infección y/o inflamación); sangrado prolongado de encías; heridas y aftas que causen dolor en la encía o sensación de separación o movimiento de dientes.
FUENTE: VOGUE España