El paciente con acné debe tener un cuidado cutáneo distinto al de la piel normal. Debe habituarse a una rutina de higiene facial con productos certificados, que controlen el exceso de grasa y que normalicen, en la medida de lo posible, el pH de su piel.
El acné repercute significativamente en la calidad de vida de las personas que lo padecen, particularmente si las lesiones son inflamatorias y han dejado cicatrices, lo que además ocasiona importantes repercusiones psicológicas.
Existen estudios que demuestran que muchos pacientes con acné, tienen menos oportunidades de insertarse en el mundo laboral que aquellos con piel sana. Del mismo modo, está comprobado que quienes padecen de acné presentan un mayor índice de suicidios, debido a la importante alteración en la vida afectiva y social de estas personas.
El llamado “acné vulgar”, que se presenta particularmente en la adolescencia, es de los que más afecta, pues llega en una etapa en la cual la persona se encuentra más vulnerable, ya que está definiendo su sexualidad y buscando con insistencia la aceptación de sus compañeros. En ese sentido, sufrir de esta afección cutánea puede generar una mala relación con el entorno.
Existen diversos tipos de acné, como el pospuberal, que se presenta en mujeres después de los 40 años de edad; el acné ocupacional, por exposición a ciertas sustancias químicas, y también hay acné por medicamentos, especialmente esteroides, algunos antipsicóticos, antidepresivos y consumo de vitamina B12, capaz de desencadenar brotes de acné en algunas personas.
Desde el punto de vista clínico, se trata de una enfermedad crónica, inflamatoria; un padecimiento multifactorial con un fuerte componente hereditario.
Explica la doctora María Elvira Loyo, especialista en dermatología clínica, quirúrgica y estética, que esta base genética responde a ciertos estímulos desencadenantes, muchos relacionados con el medio ambiente, estrés y el uso de cosméticos no adecuados.
La manifestación específica de la enfermedad es el comedón, más conocido como “punto negro” cuando está abierto, y las espinillas, cuando el comedón está cerrado. “Se trata de una lesión que evoluciona con el tiempo, madura hasta expresarse mediante pápulas, pústulas, nódulos y quistes, que son las lesiones características del acné inflamatorio”, describe la dermatóloga y agrega que, según el número de lesiones, puede ser leve, moderado o severo.
El acné puede aparecer en cualquier etapa de la vida, atacando a hombres y mujeres indistintamente. “En la mujer es frecuente que esté restringido a la cara, pero cuando hay una alteración hormonal, se puede presentar en otras partes como el pecho y la espalda, que es donde habitualmente se manifiesta en los hombres. Son los sitios donde se concentran la mayor cantidad de glándulas sebáceas en el cuerpo”, dice la especialista.
La doctora Loyo señala que existen múltiples tratamientos para el acné, pero todos deben ir dirigidos al control de los mecanismos fisiopatológicos que lo producen. Esto va a depender del tipo y la severidad del acné. En términos generales, lo primero es tomar medidas de protección de la piel.
Aconseja que, al presentarse la primera muestra de acné, el paciente debe acudir lo más pronto posible al dermatólogo, porque es el único especialista calificado para brindar un tratamiento apropiado.
“No se debe esperar a que el acné haya evolucionado, porque a mayor severidad también habrá mayores indicaciones, más costos y más tiempo de recuperación”, advierte la doctora Loyo.
La experta señala que la farmacéutica Galderma, especializada en tratamientos dermatológicos y productos para el cuidado de la piel, cuenta con dos productos que recomienda ampliamente para pieles con acné o tendencia acnéica: Cetaphil® piel grasa, producto dermolimpiador, y el Cetaphil® pro AC Control, compuesto por una espuma dermo limpiadora y crema humectante.
“Los pacientes, después de limpiar su cara, necesitan un producto de humectación que complemente la rutina de skin care sin dejarlo demasiado reseco, como el Cetaphil® AC Control crema humectante. Es el producto indicado para estos pacientes”, afirma la dermatóloga.
Explica que, como cada tipo de acné tiene un tratamiento específico, la opinión del dermatólogo es necesaria para determinar cuál es el indicado.
Practicar buenos hábitos de higiene facial y utilizar productos adecuados para cada tipo de piel, originales y científicamente avalados, marcará una gran diferencia en el paciente.