El aceite de oliva es un pilar de la cocina mediterránea, un alimento básico y un componente esencial para nuestra salud.
Se ha conocido que el aceite de oliva es un ingrediente vital en cremas y tratamientos para regenerar la piel, uñas y cabello, al punto de ser llamado oro líquido.
Algunas investigaciones han demostrado que puede prevenir los signos de envejecimiento prematuro y del daño solar, entre otros beneficios dermatológicos y estéticos.
Entre las propiedades o componentes del aceite de oliva, se encuentran su alto nivel de antioxidantes que combaten el daño de los radicales libres, así como un componente llamado escualeno, el cuál es extremadamente hidratante. Es emoliente, antioxidante y antiinflamatorio, porque tiene la combinación perfecta de nutrientes para la piel, cabello y uñas saludables.
En la antigüedad, Cleopatra descubrió sus usos cosméticos, algo que apenas se redescubre en el siglo XXI.
El principal beneficio del aceite de oliva es su capacidad de hidratar la piel reduciendo la pérdida de agua y mejorando tanto su salud como su apariencia.
El aceite de oliva es rico en vitaminas A, D, K y E, además de escualeno. Está demostrado que todos estos componentes pueden ayudar a disminuir el estrés oxidativo en la piel, que es lo que conduce habitualmente a un envejecimiento cutáneo acelerado.
Sus propiedades antioxidantes lo sitúan como eficaz protector de las células de la piel contra el daño ambiental y la inflamación, es decir, protege contra el envejecimiento prematuro y de todos sus signos como arrugas y líneas de expresión, pero también ante irritaciones y enrojecimiento.
A diferencia del agua, el aceite es excelente para descomponer sustancias cerosas como el rímel o el delineador de ojos, incluso los que son waterproof. Además, su alto poder hidratante funciona como un acondicionador de la piel en las zonas más sensibles como la de los ojos.
Aunque es capaz de despegar y eliminar los residuos solubles en aceite, no puede quitarlos de la piel. Para eliminar por completo el maquillaje, se necesita un surfactante.
Los ingredientes antiinflamatorios que se encuentran en el aceite de oliva pueden ayudar en la cicatrización de heridas.
Componentes como los triterpenos, que están presentes en muchos aceites vegetales y en particular el aceite de oliva, ayudan en muchas reacciones biológicas como las necesarias para la curación de heridas, migración celular, proliferación celular y deposición de colágeno, por lo que mejoran la reparación de heridas al reducir su tiempo de cierre.
Mezclar 4 cucharadas de aceite de oliva con ½ cucharadita de miel. Calentar ligeramente en baño de María la preparación y aplicar en el cuero cabelludo. Dejar la sustancia durante 20 minutos, enjuagar y luego aplicar champú y acondicionador.
Su uso regular asegura que las manos se mantengan humectadas y suaves. También sirve para prevenir resequedad en los pies.