Violencia no sólo significa un golpe. Las palabras también pueden significar agresión, y tal vez estás siendo una víctima de tu pareja, sin saberlo.
Siempre imaginamos que las relaciones de pareja entre los 14 y 18 años son color de rosa. Estás terminando el colegio, y las preocupaciones no son del mismo grosor que en la etapa adulta. Sin embargo, según investigaciones, el último tiempo esta realidad ha cambiado.
Según profesionales de la salud, cada vez son más los jóvenes que llegan a las consultas solicitando atención médica siendo víctimas de una agresión por parte de su pareja.
A veces nos cegamos creyendo que nuestra pareja es la mejor, que como él no habrá otro en la vida. Sentimos que nos angustia el simple hecho de pensar el estar sin él, y la posibilidad de perderlo nos desespera.
Esta bien amar, pero el amor debe ser en forma sana, sin insultos, ni descalificaciones. Ese hombre que está a tu lado debe ser tu confidente, tu amigo, con el que pasas momentos felices, y compartes tus tristezas. Él es quien te protege de todo, te cuida y te mima, es tu pilar y tu apoyo: es tu pareja.
Debes saber, querida amiga, que si los momentos felices que pasas a su lado debes rescatarlos y rebuscarlos, entonces las cosas no van bien.
Las relaciones de pareja abusivas incluyen agresiones físicas, emocionales, verbales, digitales y sexuales. Para muchas de nosotras puede no ser obvio cuando nos encontramos en una relación violenta con alguien, ya que se nos dificulta diferenciar los comportamientos que son sanos, de aquellos que cruzan la línea, y se vuelven agresivos.
De cualquier modo, mantente alerta si tu pareja tiene un temperamento explosivo, cambios drásticos de estado de humor, si por alguna razón te hace tener miedo con sólo mirarte, o si tiende a romper cosas cuando se enoja.
También observa si agrede a otras personas, a los animales, o a otras mujeres. Y por supuesto, si tiene comportamientos violentos durante las relaciones sexuales o tiende a buscar “soluciones” a sus problemas con golpes, y otras formas de violencia física.
No dudes en buscar ayuda ya sea en familiares, amigos o profesionales. La violencia de pareja no sólo no es sana, puede ser peligrosa.