¿Qué son relaciones tóxicas?

Relaciones tóxicas

Piénsalo de esta manera: incluso las buenas relaciones requieren trabajo. Después de todo, nuestro ser querido, nuestros amigos cercanos e incluso nuestros padres no son perfectos (y, curiosamente, es posible que tampoco nos vean como perfectos). Tenemos que aprender a acomodarnos y adaptarnos a sus idiosincrasias, sus fallas, sus estados de ánimo, etc., así como deben aprender a hacer lo mismo con nosotros. Y vale la pena. Hablemos de las relaciones tóxicas. 

Sin embargo, algunas relaciones son más difíciles y requieren proporcionalmente más trabajo. No somos clones sino individuos, y algunos individuos en las relaciones van a tener más dificultades, más desacuerdos. Pero debido a que valoramos estas relaciones, estamos dispuestos a hacer el esfuerzo necesario para mantenerlas.

Y luego hay relaciones tóxicas…

Estas relaciones se han transformado en algo que tiene el potencial, si no se corrige, de ser extremadamente dañino para nuestro bienestar. 

Estas relaciones no son necesariamente inútiles, pero requieren un trabajo sustancial y difícil si se van a transformar en algo saludable. La paradoja es que para tener una oportunidad razonable de convertir una relación tóxica en una relación saludable, tenemos que estar preparados para abandonarla (más sobre esto más adelante).

Entonces, ¿qué es exactamente una relación tóxica y cómo sabes si estás en una?

Por definición, las relaciones tóxicas son una relación caracterizada por comportamientos agresivos y dominantes por parte de la pareja tóxica y, con poca frecuencia, dañan física y emocionalmente a su pareja. 

Mientras que una relación saludable contribuye a nuestra autoestima y energía emocional, una relación tóxica daña la autoestima y agota la energía. Una relación saludable implica el cuidado mutuo, el respeto y la compasión, un interés en el bienestar y el crecimiento de nuestra pareja, la capacidad de compartir el control y la toma de decisiones, en resumen, un deseo compartido de la felicidad del otro. 

Una relación saludable es una relación segura, una relación donde podemos ser nosotros mismos sin miedo, un lugar donde nos sentimos cómodos y seguros. Una relación tóxica, por otro lado, no es un lugar seguro.

Una relación tóxica se caracteriza por inseguridad, egocentrismo, dominación, control. Arriesgamos nuestro propio ser al mantenernos en esa relación. Decir que una relación tóxica es disfuncional es, en el mejor de los casos, insuficiente.