Mañana 27 de julio es el Día Internacional del Perro Callejero, momento especial para reflexionar sobre cuál es la política que se debe adoptar para disminuir la cantidad de perros que están abandonados en las calles del país.
En Chile hay cerca de un millón de perros vagabundos que deambulan libremente por las calles sin supervisión alguna, según datos del programa de Tenencia Responsable de Animales de Compañía de la Subsecretaría de Desarrollo Regional, entregados en 2014. Con el objetivo de disminuir la cantidad de canes callejeros, que en 2015 mordieron a más de 59 mil personas en el país, el Programa Nacional de Tenencia Responsable de Animales de Compañía 2014-2017 contempla entre sus objetivos esterilizar a 650 mil perros y gatos para fines del 2017.
La presencia de perros abandonados en la vía pública no solo puede representar un problema en cuanto a los ataques como mordeduras, sino que también afecta la calidad de vida de los citadinos. Según la II Encuesta de Calidad de Vida y Salud realizada en 2006, el 50,4% de los entrevistados identifica a los perros vagos como un problema de deterioro del entorno en su barrio o localidad.
“El problema de los perros vagos y callejeros es un problema social, pues no solo los animales sufren por esto, sino que también la sociedad entera se ve afectada de muchas maneras, como ruidos molestos, temor, infecciones, accidentes, etc. A esto contribuye negativamente la falta de cultura en el manejo de los animales, la irresponsabilidad de algunos dueños, la inconsciencia social respecto de la sobrepoblación animal y la falta de participación de las instituciones gubernamentales, locales y particulares. En materia de salud pública, es innegable que el superávit de animales callejeros y vagos es un problema que afecta directamente a la sociedad”, indica Sylvia Arrau, docente de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico.
En Chile, la política pública apunta a la esterilización de los perros, para así disminuir la cantidad de animales que transitan por la calle sin un hogar propio. Se ha estimado que una hembra gestante, junto con su descendencia, en seis años puede producir un total de 67.000 perros. “La esterilización o castración de un animal a edad temprana (antes de los 6 meses) no tiene ningún efecto negativo en su desarrollo. La cirugía aún más temprana (“Early space and neuter”), antes de los 3 meses, permite que las nuevas generaciones se proyecten con un futuro de población más controlado, lo que inhibirá todas las consecuencias sociales negativas de la sobrepoblación”, asegura Arrau.
En Europa y Estados Unidos utilizan básicamente los mismos métodos de control que en Chile, es decir, se emplean anticonceptivos progestágenos, androgénicos, métodos de contención química y especialmente cirugías, como la ovario histerectomía (extirpar ovarios y útero) con técnicas tardías o tempranas, castración de machos (extirpar testículos), vasectomía en machos (cortar los conductos deferentes) e inmuno castración.
“Existen en Chile y en otras partes del mundo fármacos destinados al control de la población de caninos y felinos, sin embargo estas drogas, mal llamadas anticonceptivos, son derivadas de progesteronas, llamadas progestinas, que incluso se venden en las farmacias sin control y sin los conocimientos necesarios para su aplicación, ya que se deben administrar de acuerdo al peso del animal y en una situación de ausencia absoluta de estrógenos. Estos fármacos evitan que el animal entre en celo, o sea, no presentará los signos externos de estrógenos ni tendrá ovulación ni la predisposición para cruzarse. Puede ocurrir que se ‘salte’ el celo uno o más periodos o, incluso, muy raramente podría ocurrir que nunca más vuelva a ciclar. El problema asociado es que pueden favorecer una serie de inconvenientes, tales como infecciones uterinas graves, tumores mamarios que pueden ser malignos, alteraciones hepáticas y otros, de tal forma que los fármacos no son tan inocuos”, explica la médico veterinaria.
Otros métodos de control de población canina que se han utilizado son las esterilizaciones definitivas vía operación quirúrgica. “Con respecto de los métodos quirúrgicos, la esterilización de los ejemplares de cualquier edad es una solución definitiva, puesto que se coarta la capacidad de reproducirse. Incluso se ha visto que si esta cirugía se realiza antes del segundo celo, la posibilidad de desarrollar tumores mamarios en perras, que tiene un porcentaje importante de malignidad, se reduce a menos del 1%, y antes del primer celo aún más significativamente”, apunta a la experta.
Una alternativa diferente para evitar que las perras que están abandonadas continúen teniendo cachorros, es la inmunocastración. “En este método los animales son vacunados y esto produce anticuerpos en contra de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), la cual es una molécula clave en el control de la reproducción en los mamíferos. En perros Beagle se ha desarrollado un método de inmunocastración muy tempranamente. De hecho, se ha aplicado en individuos neonatales, la cual provoca una supresión completa del sistema reproductivo y un daño permanente del tejido testicular, irreversible”, acota Arrau.
La nueva vacuna anticonceptiva canina
Hace unos meses, el médico veterinario, Leonardo Sáenz, creó una nueva vacuna anticonceptiva canina que puede ser utilizada en machos y hembras, sin efectos secundarios y además con efecto reversible. ¿Será la mejor solución hasta ahora?
“Es una excelente iniciativa con óptimos resultados, ya que permite un control real reversible del celo y de la reproducción de perras y perros. Es un método válido de control de natalidad y de población canina. El hecho de que sea una vacuna, es decir, un procedimiento muy rápido, permite abarcar una cantidad bastante importante de animales en un corto periodo de tiempo. No tiene reacciones adversas reportadas ni interacciones. No dejaría secuelas ni alteraciones reproductivas. Además, el que sea reversible permite abarcar a una población de dueños que no desea infertilidad permanente. También ayuda en el control de enfermedades infecciosas venéreas, como el llamado TVT o tumor de Sticker, que es de transmisión sexual, enfermedad muy frecuente entre perros vagos”, concluye Sylvia Arrau, docente de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico y Doctora en Ciencias Farmacéuticas.