Joviales o tradicionales, padres sustitutos o más bien amigos, enciclopedias andantes, divertidos en esencia o simplemente distantes. Estilos de abuelos hay muchos y tan heterogéneos como las edades y personalidades que poseen. Descubre aquí qué tipo de abuelo tienes (o eres).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que Chile es el país con mayor esperanza de vida en Latinoamérica y el segundo de todo el continente, después de Canadá. Así, cada día es mayor la posibilidad de tener un abuelo que nos acompañe.
La clasificación de los abuelos puede ser muy amplia, sobre todo si tomamos en cuenta que hoy sus edades pueden fluctuar entre menos de cuarenta y los cien años, y que el tipo de relación que establecemos con ellos ha ido cambiando con la modernidad.
Pero considerando que el rol de los abuelos es multidimensional y acotado a contextos, la docente de la Escuela de Trabajo Social y del Magíster en Familia, Infancia y Adolescencia de la Universidad del Pacífico, Susana Arancibia, explica que diversos investigadores han organizado sus conductas en cuatro niveles.
“El primero es el nivel actitudinal, entendido como las normas y obligaciones que ellos contraen en el ejercicio de su rol; el nivel conductual, asociado a las actividades a las que están dispuestos a realizar y que efectivamente realizan junto a sus nietos; el nivel emocional, que se vincula a la satisfacción obtenida con el cumplimiento del rol y que se vivencia de modos muy distintos por la significación que el abuelo le otorga y, al mismo tiempo, por el nivel de responsabilidad y permanencia que tiene con sus nietos. Y finalmente está el nivel simbólico, entendido como la atribución de significados que otorgan los abuelos a la función de abuelidad”, explica la psicóloga y terapeuta familiar.
Según Susana Arancibia, el análisis de estos aspectos permite definir ciertos estilos o tipos de abuelos:
1.- Abuelo formal, propio de los abuelos que tienen gran presencia sobre sus nietos. Los cuidan y representan la autoridad en ausencia de sus padres, sin embargo, se mantienen en el rol sin sustituir a los padres. Este estilo también se asocia a la denominación de “guardia nacional”, es decir, aquellos que están disponibles en caso de emergencia.
2.- Abuelo buscador de diversión, que disfruta a sus nietos y asocia el pasar tiempo juntos a actividades de ocio, que incluyen celebraciones, paseos y salidas a plazas, entre muchas otras. Sin embargo, no ejerce control o autoridad respecto de los niños.
3.- Padre sustitutos o que cuida y protege a sus nietos. Con el masivo ingreso de la mujer al mundo laboral, el ejercicio de este estilo de abuelos se ha tornado habitual, implicando largas jornadas y dedicación plena donde, en ocasiones, se constituye en el principal responsable de la crianza de los nietos.
4.- Abuelo como reservorio de la sabiduría familiar, entendido como depositario de la matriz histórica y valórica de la familia. Este tipo de abuelo goza de una particularidad de la cual los padres actuales adolecen, que es que en términos generales “tienen tiempo” para relatar sus vivencias y para escuchar activamente las preguntas y conversaciones de sus nietos, desde la simpleza que implica comenzar a conocer el mundo hasta ayudarlos a establecer su configuración identitaria familiar.
5.- Abuelo distante, estilo que las últimas décadas se ha visto acentuado producto de la movilidad geográfica familiar, pero también fruto del nuevo estilo de vida que comienza a observarse en los adultos mayores. Antiguamente era esperable que una persona jubilada descendiera su actividad y movilidad. Sin embargo, en la actualidad han incrementado su red social, construyendo sus propios proyectos para el último tercio de sus vidas, tornándose en ocasiones personas muy vitales, dispuestas a optimizar sus tiempos, dejando así poca cabida para cultivar el vínculo con los nietos.
No obstante, cualquiera sea el estilo o las funciones que cada abuelo cumple, una característica esencial reconocida socialmente es el prodigar amor incondicional a los más pequeños. “Cuidar, ayudar a superar las crisis, constituirse en modelo de envejecimiento y transmitir los valores que otorgan el cimiento familiar, son todos aspectos centrales en la valoración y respeto a nuestros abuelos. Además, con independencia del estilo, los abuelos pueden actuar como mediadores de la familia, ayudando a los nietos a negociar con sus padres para resolver diferencias y, al mismo tiempo, ayudándoles a los padres a ser más eficientes en el ejercicio de su rol”, concluye la docente de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Pacífico, Susana Arancibia.