Debido a la importancia del tema, te dejamos esta segunda parte sobre el verdadero y falso de la sexualidad femenina.
Es común que durante la adolescencia se acceda a “dar la prueba de amor”, por miedo a ser abandonados por la pareja: VERDADERO
Con frecuencia los adolescentes declaran haber tenido relaciones sexuales porque “si no lo hacía mi pareja me dejaría”, o bien porque los demás iban a pensar de que no era suficientemente hombre o mujer, o porque todos en el grupo lo han hecho “y no podía quedarme atrás”.Todas estas son ideas que lejos de permitir que los adolescentes puedan valorar y vivir su sexualidad de forma integral, los empujan a responder a los miedos y las presiones de otros.
El tener relaciones sexuales de pie impide el embarazo: FALSO
Este es otro mito frecuente. La posición en que se tenga la relación sexual no afecta las posibilidades de no embarazarse.
Generalmente, uno tiene más necesidades que el otro: VERDADERO
Esto quiere decir que es probable que uno sea el que casi siempre toma la iniciativa, que busca divertirse, disfrazarse, usar juguetes, etc. El hecho de tener más o menos “apetito” no significa que no ames a tu pareja, sino que no todos somos iguales.
A las mujeres que han tenido relaciones sexuales se les arquean las piernas: FALSO
El haber tenido relaciones sexuales no provoca ningún cambio físico en la mujer, ni en el hombre. Por lo tanto no es posible “saber” si una mujer ha tenido, o no, relaciones sexuales a través de su estructura física.
Las relaciones sexuales no sólo ocurren en el dormitorio: VERDADERO
Una cultura más bien tradicional dirá que el único sitio donde está “permitido” tener relaciones sexuales es en la cama matrimonial. Pero esto no es tan así. Ahí si tenemos que aceptar lo que nos dicen las revistas, que vale la pena utilizar otros ambientes del hogar de vez en cuánto. Y no sólo para la intimidad, sino también para los besos, las caricias, las lindas palabras, y las demostraciones de afecto.
Tener sexo es sólo llegar al orgasmo: FALSO
Otro de los mitos más habituales es creer que si ambos integrantes de la pareja no llegan al clímax, entonces la relación sexual “no cuenta”. Esta es, sin dudas, una perspectiva muy limitada.