Comer no solo es un placer para tus sentidos, también es una buena forma de mejorar tu cuerpo. La celulitis es un problema que aqueja al 90% de las mujeres, se produce no sólo por aumentos de peso, sino también por falta de vitamina C, colágeno y agua en la piel.
La celulitis es un proceso inflamatorio de la grasa subcutánea. En la tercera capa de la piel se acumulan los glóbulos de grasa, en unas células llamadas adipocitos. Éstos tienen una enzima que se estimula con las hormonas sexuales que producimos desde la adolescencia, lo que hace que comiencen a acaparar grasa y a alterar la microcirculación de la sangre. Todo termina en lo que conocemos: piel de naranja.
Si ya has hecho de todo para terminar con las molestas protuberancias de la “piel de naranja”, ahora puedes mejorar los resultados con un pequeño cambio en tu dieta.
Hay alimentos específicos que ayudan a hidratar la piel y fomentan la producción de colágeno que impide el almacenamiento de grasa, incluirlos en tu dieta saludable puede ayudar a mantener a raya la celulitis. Sigue estas tres reglas y de seguro alcanzarás esa piel más suave y más elegante que estás buscando.
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Bebe mucha agua:
Una piel bien hidratada se ve bella y saludable. En tus piernas y pompis la piel es más gruesa y fuerte así es que cubrirá mejor las células de grasa que hay por debajo, por lo que eliminar la celulitis que siempre se aloja ahí es difícil. Lo que puedes hacer es beber ocho tazas y media de agua al día.
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Prefiere frutas y verduras coloridos:
Las verduras de colores son una fuente importante de vitamina C, que además de ayudar a las defensas de tu organismo son esenciales para prevenir la degradación del colágeno.
La importancia de colágeno radica en actuar como soporte para la piel. Cuando estas hebras de colágeno que ayudan a mantener la piel conectada al músculo, atravesando la grasa se debilitan, la piel pierde elasticidad y la grasa empieza a notarse a través de bultos en la piel, haciendo que la capa de baches por debajo sea aún más visible.
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Elige los granos enteros en vez de los procesados:
Los granos refinados, como cereales azucarados, pan blanco y arroz blanco se convierten en azúcar en la sangre (glucosa) tan rápidamente que elevan tu insulina por las nubes.
Evita los carbohidratos refinados y prefiere los granos enteros, como el arroz integral, avena, palomitas de maíz, que no te llevarán por una montaña rusa del azúcar sanguíneo.
Además de ser más sanos para el cuerpo, tienen mucha más fibra. Con esto evitarás saltos bruscos en los niveles de insulina y la grasa resultante no se acumulará en tus caderas, te sentirás más satisfecha y comerás menos en general.
Es una buena idea tratar de que al menos tres de tus seis porciones de comidas diarias contengan carbohidratos de granos enteros.