Muchas vivimos aterradas por la aparición del acné en nuestra piel. Aquí encontrarás información sobre esta enfermedad para ayudarte a evitarla, superarla o convivir con ella de la mejor manera posible.
¿Qué es el acné?
Es una enfermedad de la piel que se presenta cuando se taponan unos pequeños orificios que todos tenemos y que se llaman poros. Cuando las glándulas sebáceas que también tenemos todos en la piel producen más grasa de la normal, ese exceso de grasa puede hacer un tapón en el poro reteniendo dentro sebo y células muertas. Y formando lo que se conoce como barros o espinillas.
Existen diferentes tipos de acné. En la mayoría de los casos, se trata de una afección leve. Eso quiere decir que lo único que aparece son barros ocasionales. Pero algunas personas padecen acné severo que es una enfermedad más seria ya que los barros se convierten en quiste, son dolorosas y es mucho más frecuente que dejen cicatrices.
¿Influye el estrés? Sí, hay diversos estudios que han probado que periodos de fuerte estrés pueden provocar aparición de brotes de acné. Parece que la explicación está en que las tensiones emocionales provocan alteraciones hormonales y las alteraciones hormonales, a su vez, propician la aparición del acné.
¿Qué es lo que no hay que hace cuando se tiene acné? No hay que tocarse los granitos, ni apretarlos, ni rascarse. Así se evitarán futuras cicatrices Evitar gorras, sombreros o bandas apretadas en la cabeza y la frente.
¿Afecta la alimentación al acné? Durante mucho tiempo se dijo que el acné lo provocaba comer chocolate u otros productos. Lo cierto es que la ciencia no ha demostrado que no es así. Pero los dermatólogos recomiendan seguir una alimentación sana, cuando el organismo se alimenta con comida sana todo en él funciona mejor, incluida la piel.
Algunos factores específicos que pueden determinar la aparición del acné en tu piel son:
Pocas horas de descanso. Cuando no dormimos lo suficiente, infligimos un daño en nuestro cuerpo, alterando los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Procura dormir ocho horas diarias.
Limpiar las brochas de maquillaje. Pueden ser el paraíso de las bacterias si no las limpias con regularidad. Estas bacterias y suciedad se trasmiten a tu cara, creando poros, lo que con el tiempo te produce acné.
Glándulas sebáceas. Cuando estamos en periodo de menstruación, unas hormonas llamadas andrógenos estimulan de más las glándulas sebáceas de la piel. Nos damos cuenta si se trata de acné por el ciclo de período si los granitos nos crecen a lo largo de la mandíbula.
Genética. Si tus familiares tienen acné, puede que tú también lo sufras o lo sufrirás.
Alergia. Las personas con piel sensible suelen tener acné, por alergia al detergente de la ropa. En estos casos deberías cambiar tu jabón habitual por uno que sea sin perfume.
Dormir con maquillaje. Lo peor que puedes hacer para tu rostros es irte a la cama sin lavarte la cara y quitar todo el maquillaje. Tómate unos minutitos y elimina todo el maquillaje, tu piel respirará bien de noche y evitarás que se obstruyan los poros.